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Porque no se puede permanecer impávido ante el mundo...

domingo, 21 de diciembre de 2008

Bricogavine

Bricovagine

Calma el picor, gana en color. Ya sabemos que el comer y el rascar... todo es empezar. ¿Y qué me dicen de esos picores que se sufren en silencio? A veces, en la zona inginal. Se llaman ladillas. Rómpase el mito de "ladillas es igual a impudicia". Un/a virgen que, por los caprichos del devenir, duerme en unas sábanas de hostal sospechoso de sospechosa pulcritud, bien puede "enamorar" esos parásitos cuasi microscópicos y convertirse en el rascador que no cesa.
No hablemos de los picores en la testa, que tan de moda están incluso, en los colegios de pago. Se llaman piojos. Ignorarlos, tampoco vale de mucho. Gracias a los avances farmacológicos, 10' de un champú específico los elimina... junto con buena parte de la ostentosa cabellera. Luego están los picores en el glande, en la vulga. "Tiene usted cándidas. le bajaron las defensas". Tampoco es un mal sexual. Y, sin embargo, como los picores anales, se sufren en silencio. ¿Por qué? Si la vida es así. Ninguno de los presentes la inventó. Tanto bricolage, tanta bricomanía y nadie inventó aún Bricovagine... hasta nosotros. Que usted se "arrasque" bien. Ah, y mientras tanto, ponga color a su prurito.

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