También tiene hambre. Hambre cuidados infantiles, hambre de padres que se hablen, que no se estorben el uno al otro cuando él actúa en el Instituto.
Hambre de familia. Hambre de hablar con franqueza, sin que nadie se encone. Hambre de descubrirse a sí mismo, más allá de una familia desestructurada, caótica y desequilibrada.
¿Tú qué le das? ¿Tú qué le das? ¿Tú qué le das?
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